La lipodistrofia, más asociada a la carga viral que a los fármacos
Infecciosas: Un estudio presentado en la última edición de la Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas (CROI), desmonta la teoría de que el exceso de grasa se debía a ciertos medicamentos.
Enlace: www.elmundo.es
Infecciosas: Un estudio presentado en la última edición de la Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas (CROI), desmonta la teoría de que el exceso de grasa se debía a ciertos medicamentos.
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Las personas seropositivas tienen en la actualidad una esperanza de vida cercana a la de la población no infectada. La gran mayoría, si tiene acceso a tratamiento, hace una vida normal pero las asociaciones denuncian que sigue existiendo estigma hacia la infección.
Existe un rasgo físico que puede hacer visible una infección que, al contrario que al principio de la pandemia, se caracteriza por no dejar rastro físico en los afectados. Se trata de la llamada lipodistrofia o distribución alterada de la grasa corporal y, hasta ahora, se asociaba al tratamiento antirretroviral.
Un estudio presentado en la última edición de la Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas (CROI), desmonta ahora esta creencia establecida y asocia el exceso de grasa corporal a la carga viral más que a los tratamientos para controlar el virus.
La razón que ha llevado a los autores, liderados por Judith Curier, de la Facultad de Medicina de la Johns Hopkins University, a estudiar este asunto es que la lipodistrofia se sigue presentando en los pacientes seropositivos, a pesar de que los tratamientos más asociados a este efecto secundario, como la estavudina, se han dejado de utilizar.
Como explican en la web Aidsmap, al principio se consideró que la ganancia de grasa estaba asociada a una clase específica de fármacos, los inhibidores de la proteasa (IP) pero cambiar de este tipo de medicamentos a otros, los inhibidores no nucleósidos de la transcriptasa inversa, no modificó dicho efecto adverso.
A esto se le une un hecho subrayado por la primera firmante del estudio, que en dos décadas de asociación entre lipodistrofia y antirretrovirales no se ha logrado establecer una causa.
Así, la hipótesis de los investigadores estadounidenses era que esta ganancia anormal de grasa podría deberse a otros efectos en lugar de a los fármacos, bien a la propia infección por VIH o bien a los cambios inflamatorios asociados a la dolencia.
El estudio, denominado ACTG A5260s, comparó los cambios en la grasa de las extremidades, el tronco, abdomen y músculo de 1.809 pacientes seropositivos que no habían sido tratados hasta la fecha y que iban a comenzar tratamiento con un IP o un inhibidor de la integrasa, siempre en combinación con el fármaco Truvada. Los pacientes se sometieron a sendos tipos de escáneres al principio del estudio y casi dos años después y también se midieron otros indicadores de inflamación.
Aunque el tratamiento se asoció en todos los casos al incremento en la grasa corporal, la mayor asociación se vio en función de la carga viral, lo que desafía la creencia previamente establecida.
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