- El trasplante renal mejora la esperanza y la calidad de vida. Se efectúa mediante la donación por muerte cerebral o tras la muerte circulatoria y también puede ser de donante vivo. No hay límite superior de edad para el trasplante.
- Se comienza a pensar en el procedimiento cuando la filtración glomerular estimada del paciente es <20 ml/min/1,73 m2 y cuando la función renal está disminuyendo hacia la nefropatía terminal. Los resultados son mejores cuando el trasplante se efectúa antes de comenzar con diálisis (trasplante anticipado). Los pacientes que reciben un trasplante viven hasta tres veces más que los que reciben diálisis y están en lista de espera. A pesar de esto, el riesgo de muerte de los pacientes trasplantados es considerablemente mayor que el de la población general. Las recomendaciones del National Institute for Health and Care Excellence (NICE) sobre el tratamiento inmunosupresor para el trasplante renal están en revisión, pero es posible que se recomienden el anticuerpo anti-CD25, el tacrolimus, el mofetil micofenolato y los corticoides como tratamiento inmunosupresor.
- El rechazo se puede manifestar con el aumento de la creatinina en sangre y con signos clínicos de deterioro de la función renal, tales como disminución de la diuresis y retención de líquidos. Ante la sospecha, se debe derivar al paciente inmediatamente al servicio de trasplante renal.
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