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lunes, 4 de mayo de 2015

Chequeos médicos sin tiempo para prevenir

Oncología, más de 25,000 participantes: Un estudio muestra que en algunas ocasiones los análisis y pruebas médicas de rutina son innecesarios porque la persona tiene poca esperanza de vida o porque ya sufrió la enfermedad que se quiere detectar. 

Autor(es): Ainhoa Iriberr
Enlacewww.elmundo.es/salud   27/08/2014




  •  Desarrollo

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Un estudio publicado recientemente en la revista Archives of Internal Medicine analiza la práctica de estos chequeos en personas que, por su edad y expectativa de vida, pueden no tener tiempo de beneficiarse de las ventajas de una detección precoz.

Los autores dirigidos por Trevor Royce, de la University of North Carolina (EEUU) analizaron las tasas de cribados para cuatro tipos de cáncer (próstata, mama, cuello de útero y colorrectal) en 27.404 participantes de la Encuestas Nacionales de Salud de EEUU llevadas a cabo entre 2000 y 2010 con una característica en común: todos eran mayores de 65 años.

Su trabajo fue más allá. Los investigadores dividieron a los participantes en grupos según su riesgo de mortalidad en nueve años (con diversos cálculos ya establecidos), que se consideraba bajo si era de menos del 25% y alto si superaba el 75%.

Lo que descubrieron es que en pacientes con un riesgo muy elevado de morir antes de que transcurriera una década, el cribado del cáncer era una práctica habitual, sobre todo el de próstata, que se había hecho el 55% de los pacientes en dicho grupo de edad y riesgo de mortalidad.

Otras prácticas absurdas que descubrió el trabajo era que entre el 34% y el 56% de las mujeres que se habían sometido a una histerectomía por motivos benignos se había practicado en los tres años siguientes a la operación una citología, una práctica sin sentido en estas mujeres.

En general, las cifras revelaron una sobreutilización del cribado en cáncer en personas con riesgo de morir en pocos años y, por lo tanto, tendentes a no beneficiarse del diagnóstico precoz de un posible cáncer. "Esto no solo incrementa el gasto sanitario, sino que además puede implicar un daño específico para el paciente", explican los autores, que subrayan que determinadas pruebas de cribado pueden tener un riesgo (generalmente pequeño, pero existente) que no tiene sentido correr en pacientes que no van a beneficiarse de ello.

En un editorial que acompaña a la publicación del estudio, el experto de la Yale University Cary Gross afirma que toda la fuerza que tuvieron los cribados de cáncer en la segunda mitad del siglo XX se está perdiendo en este principio del siglo XXI. "Cada vez más datos sugieren que muchas modalidades del cribado de cáncer puede ser menos beneficiosas de lo que se pensaba en un principio", escribe.

El experto nombra a la siempre polémica prueba del PSA para detectar precozmente el cáncer de próstata, a las cada vez más cuestionadas mamografías (al menos en algunos grupos de edad) y se pregunta si se está fallando en el enfoque del mensaje.

El autor hace un llamamiento a la sensatez, a la práctica de cribados sistemáticos solo cuando tenga sentido y siempre tras un debate previo entre médico y paciente.

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