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lunes, 4 de mayo de 2015

La dieta mediterránea es clave para prevenir el cáncer de mama 

Estudio EpiGEICAM: El estudio, publicado en la revista British Journal of Cancer, demuestra que es la que mejore efecto tiene sobre los tumores, especialmente sobre los «triple-negativos», muy agresivos y para los que de momento no existe un tratamiento preventivo de quimioterapia.

Autor(es): Angelez Lopez, Hector Talavera
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  •  Resumen



  • El estudio epidemiológico demuestra que la Dieta mediterránea reduce en un 30% el riesgo de cáncer de mama.
  • La ingesta de pescado, verduras, frutas y legumbres tiene un papel protector en este tumor.
  • Su efecto es más importante en los tumores triple-negativos, más agresivos y complejos.
  • En el estudio, han participado los servicios de Oncología de 23 hospitales españoles.
  • Alimentos como el pescado, las verduras, frutas y el aceite de oliva pueden ayudar a disminuir en un 30% padecer esta enfermedad.
                                                                                                                                                                

  •  Desarrollo 

En los últimos años, han sido varios los estudios, con sello español, que han vinculado la dieta mediterránea con una mejor salud cardiovascular. El protagonismo del aceite de oliva o de los frutos secos aportan las grasas buenas que contribuyen a que nuestras arterias se mantengan jóvenes y limpias de residuos que obstruyan la circulación. Ahora los beneficios observados en los problemas cardiacos parecen que también podrían estar presentes en el cáncer de mama, según los resultados del estudio EpiGEICAM, que hoy se ha presentado en Madrid. Según este trabajo, la dieta mediterránea está asociada con una reducción del 30% del riesgo de sufrir un tumor de este tipo.


En España, cada año unas 26.000 mujeres se ven afectadas por un cáncer de mama, tumor que cada vez aparece en un número mayor de personas, con un incremento anual que está entre el 0,7% y el 1,6%. La prevención es el objetivo principal de médicos e investigadores, aunque un tratamiento eficaz frente a los diferentes estadios del cáncer es el más deseado por pacientes y familiares.

Marina Pollán, investigadora del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III y una de las principales autoras de este estudio, ha señalado en la rueda de prensa que, según los resultados de este estudio epidemiológico en cáncer de mama, el efecto de la dieta en este tipo de tumores es muy importante. La investigación, publicada en la revista British Journal of Cancer, que ha sido financiada por la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) y promovida por el Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (Geicam) -un grupo de referencia formado por oncólogos de toda España-, ha analizado los datos de unas 2.000 españolas.

En concreto, el trabajo -en el que han participado 23 centros hospitalarios españoles- ha evaluado a través de cuestionarios realizados a 1.017 mujeres sanas y 1.017 mujeres con un diagnóstico de cáncer de mama la dieta que estas participantes habían tenido durante los cinco años previos al estudio. Así, tras analizar las respuestas de cada una de ellas, los investigadores pudieron establecer tres tipos de patrones dietéticos:

  • Dieta 'occidental': caracterizada por un alto consumo de productos grasos, carne procesada, dulces, bebidas calóricas y bajo consumo de cereales.
  • Dieta 'prudente': constituida por alimentos bajos en grasas, por frutas, verduras y zumos.
  • Dieta mediterránea: la formada por una elevada ingesta de pescado, verduras, frutas, legumbres, patatas, aceite y bajo consumo de zumos y bebidas calóricas.

"Lo que vimos fue que el patrón de dieta 'occidental' estaba asociado a un mayor riesgo de cáncer de mama, sobre todo en mujeres premenopáusicas. En cambio, la dieta mediterránea ofrecía un efecto protector, al asociarse con una reducción del riesgo de este tumor del 30%. Esa protección era más importante para los tumores triple negativos, los más graves. Este es el primer estudio que demuestra una asociación entre dieta mediterránea y su protección frente a tumores de mama triple negativo, que generalmente son más agresivos", ha explicado Marina Pollán.

Uno de los datos más sorprendentes del trabajo fue que la dieta denominada 'prudente', caracterizada por su contenido bajo en grasas, no ha sido vinculada con un menor riesgo de cáncer -tampoco con más probabilidad-. "Evitar las grasas per se no es un factor determinante del riesgo. No todas las grasas son malas, las peores -las grasas trans- están presentes, sobre todo, en la bollería y tienen un efecto pernicioso. Pero el aceite de oliva es una grasa buena, quizás eso es lo que ha influido en estos resultados", aclara Pollán.

Para Miguel Martín, presidente de Geicam, estos resultados son una prueba más de que "hay formas de evitar el cáncer de mama. Esto lo deben saber las españolas. Este estudio, uno de los más grandes en epidemiología sobre cáncer de mama en España, tiene una aplicación inminente y esto debe transmitirse a la población española. En la consulta, y fuera de ella, siempre me preguntan qué podemos hacer para reducir el cáncer de mama. Creo que tenemos que seguir esta vía de futuro".

Porque tal y como adelantan Martín y Pollán, ya se está pensando en realizar subestudios con los datos obtenidos en este y con los que se pretende correlacionar ciertas características genómicas con la forma de metabolizar el alcohol y algunas grasas.

Hasta ahora sabíamos de los beneficios que aporta a la salud la dieta mediterránea eran muy numerosos. Ahora, también se ha probado que tiene un efecto protector de hasta el 30% para evitar el desarrollo del cáncer de mama. Esto se desprende del estudio EpiGEICAM, coordinado por la Dra. Marina Pollán, investigadora del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III, presentado este martes en Madrid.

«La llamada dieta occidental, es decir, productos grasos, carne procesada, dulces y bebidas calóricas, es la mas perjudicial para desarrollar cáncer de mama, además de ser la mas frecuente entre las jóvenes españolas», ha manifestado Pollán.

No obstante, no se ha comprobado que la llamada «dieta prudente», la que menos grasa tiene, consistente en productos bajos en grasa, frutas, vegetales y zumos, esté relacionada con la menor probabilidad de desarrollar cáncer de mama. Incorporando la dieta mediterránea a esta «dieta prudente», obtenemos una mayor protección.

El estudio, publicado en la revista British Journal of Cancer, demuestra que es la que mejore efecto tiene sobre los tumores, especialmente sobre los «triple-negativos», muy agresivos y para los que de momento no existe un tratamiento preventivo de quimioterapia.

«Estudiar estos patrones dietéticos supone un enfoque más global para corregir la mejor forma de comer y su efecto sobre la salud», aseguró Pollán. «Nuestros resultados son una evidencia más a favor de fomentar una dieta rica en frutas, verduras y todos los alimentos de la dieta mediterránea, además de limitar el consumo de alcohol, productos grasos, carnes, embutidos, dulces o bebidas azucaradas».

Realizado en mas de 2.000 mujeres, el estudio revela que la dieta mediterránea no solo nos puede ayudar a prevenir o disminuir la frecuencia del cáncer de mama, sino que también actúa con otras enfermedades crónicas, como los problemas cardiovasculares o la diabetes.

Isabel Oriol, presidenta de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) señaló el buen ejemplo de asociación en investigación oncológica, algo que revierte en la sociedad en forma de conocimiento. «Esto reafirma que tenemos que seguir trabajando para concienciar a los más jóvenes, desde la infancia, en adoptar hábitos saludables», dijo Oriol. «Llevamos años haciendo campañas en institutos y colegios, y seguiremos haciéndolo porque es la mejor forma de intentar reducir el riesgo de desarrollar un tumor en la edad adulta». 

El beneficio de seguir esta dieta se aprecia también en otro tipo de tumores. Según un estudio reciente publicado hace un año en la revista JAMA, los hombres que reemplazan un 10% de su ingesta de carbohidratos por grasas vegetales insaturadas reducen un 30% el riesgo de cáncer de próstata agresivo. Sustituir en la dieta las grasas animales y los carbohidratos por aceite de oliva y frutos secos se tradujo en una reducción de la mortalidad por cualquier causa del 26%, según este estudio.

Para Isabel Oriol, presidenta de la Aecc, este estudio es un ejemplo de lo importante que es la investigación. "Es fundamental para conocer y poder actuar a tiempo. Con estos datos, la Aecc insistirá con más fuerza en campañas de prevención sobre hábitos de vida más saludables. Por eso pedimos la colaboración de todos para poder concienciar a todas las personas desde la infancia. Si se llevaran estos hábitos de vida, podría evitarse el cáncer de mama en miles de mujeres al año. Esta medida tiene un gran impacto. En la Aecc estamos convencidos que lo único que podrá frenar el cáncer es la investigación".

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